Während der Nacht des 13. zum 14. März fuhr der Nautilus in seiner südlichen Richtung weiter. Ich dachte, auf der Höhe des Cap Horn werde er dieses umfahren, um in dem Stillen Ocean seine Rundreise um die Erde zu vollenden. Wollte er zu dem Pol dringen, das wäre unsinnig gewesen. Ich fing an zu glauben, daß die Verwegenheiten des Kapitäns hinlänglich die Befürchtungen Ned-Land's rechtfertigten.
Durante la noche del 13 al 14 de marzo, el Nautilus prosiguió su derrota hacia el Sur. Yo creía que a la altura del cabo de Hornos haría rumbo al Oeste, dirigiéndose a los mares del Pacífico para acabar su vuelta al mundo, pero no lo hizo así y continuó su marcha hacia las regiones australes. ¿Adónde quería ir? ¿Al Polo? Era, sencillamente, insensato. Empecé a pensar que la temeridad del capitán justificaba sobradamente los temores de Ned Land.
Der Canadier sprach seit einiger Zeit nicht mehr mit mir über seine Fluchtprojecte. Er war weniger mittheilsam, fast schweigsam geworden. Ich sah, wie die Fortdauer der Gefangenschaft auf ihm lastete. Ich fühlte, wie sich der Zorn in ihm steigerte. Wenn er mit dem Kapitän zusammen traf, funkelten seine Augen von einem düsteren Feuer, und ich fürchtete stets, das Ungestüm seines Charakters werde ihn zu einem Aeußersten treiben.
Desde hacía algún tiempo, el canadiense no me hablaba ya de sus proyectos de evasión. Se había tornado menos comunicativo, casi silencioso. Veía yo cómo pesaba en él tan prolongada reclusión y sentía cómo iba concentrándose la ira en su ánimo. Cuando se cruzaba con el capitán en sus ojos se encendía una torva mirada. Yo vivía en el continuo temor de que su natural violencia le llevara a cometer un desatino.
Am 14. März kam er mit Conseil auf mein Zimmer. Ich fragte sie um die Ursache ihres Besuchs.
Aquel día, el 14 de marzo, Conseil y él vinieron a buscarme a mi camarote. A mi pregunta sobre la razón de su visita, me dijo el canadiense:
»Ich habe eine einfache Frage an Sie zu richten, mein Herr, erwiderte der Canadier.
-Quisiera hacerle una simple pregunta, señor.
– Reden Sie, Ned.
-Dígame, Ned.
– Wieviel Mann glauben Sie, daß sich an Bord des Nautilus befinden?
-¿Cuántos hombres cree usted que hay a bordo del Nautilus?
– Ich wüßte es nicht zu sagen, mein Freund.
-No lo sé, amigo mío.
– Es scheint mir, versetzte Ned-Land, sein Manövriren erfordert keine große Mannschaft.
-Me parece -dijo Ned Land que su manejo no requiere una tripulación muy numerosa.
– In der That, erwiderte ich, müssen in den Verhältnissen, worin er sich befindet, wohl zehn Mann höchstens dafür genügen.
-En efecto -respondí-, una decena de hombres debe bastar.
– Nun, sagte der Canadier, weshalb sollten mehr vorhanden sein?
-¿Por qué entonces habrían de ser más?
– Weshalb?« entgegnete ich, und sah Ned-Land, dessen Absichten leicht zu errathen waren, fest in's Angesicht.
-¿Por qué?
Miré fijamente a Ned Land, cuyas intenciones eran fáciles de adivinar.
»Weil, sagte ich, wenn nicht meine Ahnungen mich trügen, wenn ich die Existenz des Nautilus recht verstehe, derselbe nicht blos ein Schiff ist, sondern eine Zuflucht für diejenigen sein soll, welche, wie sein Commandant, alle Verbindung mit der Erde abgeschnitten haben.
-Porque -le dije -si mis presentimientos son ciertos y si he comprendido bien la existencia del capitán, el Nautilus no es sólo un navío, sino también un lugar de refugio para los que como su comandante han roto toda relación con la tierra.
– Vielleicht, sagte Conseil; aber am Ende kann der Nautilus doch nur eine gewisse Anzahl Menschen fassen, und mein Herr könnte wohl schätzen, wie viele höchstens?
-Puede que así sea -dijo Conseil-, pero, de todos modos, el Nautilus no puede contener más que un número limitado de hombres. ¿No podría evaluar el señor ese máximo?
– Wie so, Conseil?
-¿De qué manera, Conseil?
– Durch Berechnung. Da der Umfang des Schiffsraumes meinem Herrn bekannt ist, folglich auch, wie viel Luft er fassen kann; da er ferner weiß, wie viel Luft jeder Mensch durch Einathmen verbraucht; und vergleicht er diese Resultate damit, daß der Nautilus alle vierundzwanzig Stunden auftauchen muß ...«
-Por el cálculo. Dada la capacidad del navío, que le es conocida al señor, y, consecuentemente, la cantidad de aire que encierra, y sabiendo, por otra parte, lo que cada hombre gasta en el acto de la respiración, así como la necesidad del Nautilus de remontar a la superficie cada veinticuatro horas, la comparación de estos datos…
Ich ließ Conseil nicht seinen Satz ausreden, denn ich sah wohl, wo hinaus er damit wollte.
No acabó Conseil la frase, pero comprendí adónde quería venir a parar.
»Ich verstehe Dich, sagte ich; aber diese Berechnung, obwohl leicht anzustellen, kann doch nur eine unbestimmte Ziffer ergeben.
-Te comprendo -dije-, pero esos cálculos, de fácil realización, no pueden darnos más que un resultado muy incierto.
– Gleichviel, versetzte Ned-Land dringend.
-No importa -dijo Ned Land.
– Die Rechnung ist folgende, sagt' ich. Jeder Mensch verbraucht in einer Stunde den in hundert Liter Luft enthaltenen Sauerstoff, das macht in vierundzwanzig Stunden so viel als zweitausendvierhundert Liter. Also muß man aufsuchen, wie viel mal zweitausendvierhundert Liter Luft der Nautilus faßt.
-Bien, vayamos, pues, con el cálculo. Cada hombre gasta en una hora el oxígeno contenido en cien litros de aire, o sea, en veinticuatro horas, el oxígeno contenido en dos mil cuatrocientos litros.
– Ganz richtig, sagte Conseil.
-Exactamente -asintió Conseil.
– Da nun der Nautilus fünfzehnhundert Tonnen faßt, und die Tonne tausend Liter enthält, so muß der Nautilus fünfzehnhunderttausend Liter Luft fassen, die man mit zweitausendvierhundert zu dividiren hat ...«
-Ahora bien -proseguí-, dado que la capacidad del Nautilus es de mil quinientas toneladas, y la de la tonelada es de mil litros, el Nautilus contiene un millón quinientos mil litros de aire, que divididos por dos mil cuatrocientos…
Ich rechnete rasch das Exempel mit dem Bleistift:
Rápidamente calculé con el lapicero:
» ... Das macht sechshundertfünfundzwanzig. Das will eben so viel heißen als, daß der Nautilus strenge genommen so viel Luft faßt, als für sechshundertfünfundzwanzig Mann während vierundzwanzig Stunden erforderlich ist.
-… Arrojan un cociente de seiscientos veinticinco, lo que equivale a decir que el aire contenido en el Nautilus podría en rigor, bastar a seiscientos veinticinco hombres durante veinticuatro horas.
– Sechshundertfünfundzwanzig, wiederholte Ned.
-¡Seiscientos veinticinco! -exclamó Ned.
– Aber seien Sie nur versichert, fügte ich bei, daß wir, Passagiere, Matrosen oder Officiere, nicht den zehnten Theil dieser Zahl ausmachen.
-Pero podemos estar seguros -añadí -de que entre pasajeros, marineros y oficiales no llegamos ni a la décima parte de esa cifra.
– Gegen drei Mann ist dies zu viel! brummte Conseil.
-Lo que resulta todavía demasiado para tres hombres -murmuró Conseil.
– Folglich, armer Ned, kann ich Ihnen nichts rathen, als Geduld.
-Así que, mi pobre Ned, no puedo hacer más que aconsejarle paciencia.
– Und mehr noch Ergebung, erwiderte Conseil.
-Y más aún que paciencia, resignación -añadió Conseil, usando la palabra justa
– Trotzdem, fuhr er fort, kann der Kapitän nicht immerfort südwärts fahren! Er muß wohl einmal einhalten, sei es auch nur vor den Eisbergen, und muß in mehr cultivirte Meere zurück kehren! Dann wird es Zeit sein, Ned-Land's Projecte wieder vorzunehmen!«
-Después de todo, el capitán Nemo no podrá ir eternamente hacia el Sur. Forzoso le será detenerse, aunque no fuera más que por los bancos de hielo, y regresar hacia aguas más civilizadas. Entonces será llegado el momento de volver a pensar en los proyectos de Ned Land.
Der Canadier schüttelte den Kopf, fuhr mit der Hand über seine Stirne, und zog sich ohne zu antworten zurück.
El canadiense movió la cabeza, se pasó la mano por la frente, y se retiró.
»Erlaube mir mein Herr, sagte darauf Conseil, etwas zu bemerken. Diesem armen Ned stehen seine Gedanken auf alles, was er nicht haben kann. Es kommt ihm alles aus seiner Vergangenheit. Alles was uns untersagt ist, darnach sehnt er sich. Seine früheren Erinnerungen überwältigen ihn, und sein Gemüth ist davon voll. Man muß ihn begreifen. Was hat er hier zu thun? Nichts. Er ist nicht ein Gelehrter, wie mein Herr, und weiß den Wundern des Meeres keinen Geschmack abzugewinnen. Er würde alles daran setzen, um einmal eine Schenke seines Landes besuchen zu können!«
-Permítame el señor hacerle una observación. El pobre Ned está pensando continuamente en todas las cosas de que está privado. Toda su vida le viene a la memoria y echa de menos todo lo que aquí nos está prohibido. Le oprimen los recuerdos y sufre. Hay que comprenderle. ¿Qué es lo que pinta él aquí? Nada. No es un sabio como el señor y no puede interesarse como nosotros por las cosas admirables del mar. Sería capaz de arrostrar todos los peligros por poder entrar en una taberna de su país.
An ein thätiges Leben in Freiheit gewöhnt, mußte der Canadier die Einförmigkeit des Lebens an Bord unerträglich finden. Selten traten Ereignisse ein, die ihn mit Leidenschaft interessiren konnten. Doch begab sich damals ein Zwischenfall, der ihm seine frohen Tage als Harpunier in Erinnerung brachte.
Cierto es que la monotonía de la vida a bordo debía ser insoportable al canadiense, acostumbrado a una existencia libre y activa. Raros eran allí los acontecimientos que podían apasionarle. Sin embargo, aquel día surgió un incidente que vino a recordarle sus buenos días de arponero.
Gegen elf Uhr Vormittags, als sich der Nautilus auf der Meeresoberfläche befand, gerieth er mitten unter einen Trupp Wallfische. Diese Thiere flüchten nämlich, wenn sie auf's Aeußerste verfolgt werden, in die höheren Breitengrade.
Hacia las once de la mañana, el Nautilus, navegando en superficie, se encontró de repente en medio de un grupo de ballenas. No me sorprendió el encuentro, pues bien sabía yo que la persecución a ultranza de que son víctimas estos animales les ha llevado a refugiarse en los mares de las altas latitudes.
Der Wallfisch hat in der Geschichte der Entdeckungen eine große Rolle gespielt. Er hat die Basken, die Asturier, Engländer und Holländer gegen die Gefahren des Meeres gleichgiltig gemacht, so daß sie bei seiner Verfolgung von einem Land zum anderen drangen. Sie sind vorzugsweise in den südlichen und nördlichen Meeren zu Hause.
Considerables han sido el papel y la influencia ejercidos por las ballenas en el mundo marino y en los descubrimientos geográficos. Fueron ellas las que atrayendo a los vascos primero y luego a los asturianos, ingleses y holandeses les estimularon a arrostrar los peligros del océano y les condujeron de una extremidad a otra de la Tierra. Las ballenas suelen frecuentar los mares australes y boreales. Antiguas leyendas pretenden incluso que estos cetáceos atrajeron a los pescadores hasta siete leguas tan sólo del Polo Norte. Si el hecho es falso, será verdadero algún día, porque probablemente será la caza de la ballena en las regiones ártica o antártica la que lleve a los hombres a alcanzar esos puntos desconocidos del Globo que son los Polos.
Wir saßen bei ruhiger Fluth auf der Plateform, und der October hat unter jenen Breitegraden recht schöne Herbsttage. Der Canadier gewahrte in einer Entfernung von fünf Meilen einen Wallfisch am östlichen Horizont.
Estábamos sentados sobre la plataforma. El mar estaba en bonanza. El mes de marzo, equivalente en esas latitudes al de septiembre, nos procuraba hermosos días de otoño. Fue el canadiense quien avistó una ballena en el horizonte, al Este. No podía él equivocarse. Mirando atentamente, se veía el lomo negruzco de la ballena elevarse y descender alternativamente sobre la superficie del mar, a unas cinco millas del Nautilus.
»Ach! rief Ned-Land, wäre ich an Bord eines Wallfischjägers, das wäre mir eine Luft! Was für ein stattliches Thier das ist! Wie mächtig schleudert er die Wassersäulen empor! Tausend Teufel! Daß ich auch an dies Stück Eisen gefesselt bin!
-¡Ah! -exclamó Ned Land-. ¡Si estuviera yo a bordo de un ballenero, he ahí una vista que me haría feliz! Es un animal de gran tamaño. Fíjense con qué potencia despiden sus espiráculos columnas de aire y vapor. ¡Mil diantres! ¿Por qué he de verme encadenado a este armatoste metálico?
– Wie? Ned, erwiderte ich, Sie haben immer noch Ihre alten Fischergedanken?
-Así, Ned le dije-, todavía vive en usted el viejo pescador..
– Mein Herr, kann ein Wallfischfänger sein Handwerk vergessen?
-¿Cree usted, señor, que un pescador de ballenas puede olvidar su antiguo oficio? ¿Es que puede uno hastiarse alguna vez de las emociones de una caza como ésa?
– In diesen Meeren, Ned, haben Sie nie gefischt?
-¿No ha pescado nunca en estos mares, Ned?
– Nein, mein Herr. Nur im Norden, und in der Berings- wie in der Davis-Straße.
-Nunca, señor. únicamente en los mares boreales, tanto en el estrecho de Bering como en el de Davis.
– So kennen Sie also den südlichen Wallfisch noch nicht. Der nördliche, den Sie bisher gejagt haben, würde sich nicht in die warmen Gewässer des Aequators wagen.
-Entonces, la ballena austral le es desconocida. La que ha pescado usted hasta ahora es la ballena franca que nunca se arriesgaría a atravesar las aguas cálidas del ecuador.
– Ah! Herr Professor, was sagen Sie mir da? erwiderte der Canadier etwas ungläubig.
-¿Qué es lo que me está usted diciendo, señor profesor? -me replicó el canadiense, en un tono que denotaba su incredulidad.
– Ich sage, wie es wirklich ist.
-Digo lo que es.
– Ich will Ihnen ein Beispiel sagen. Ich habe im Jahre fünfundsechzig in der Nähe von Grönland einen Wallfisch aufgetrieben, dem steckte in der Seite eine Harpune mit dem Stempel eines Wallfischjägers der Beringsstraße. Nun frage ich Sie, wie ist es möglich gewesen, daß ein Thier, welches im Westen von Amerika getroffen worden, im Osten erlegt wurde, wenn es nicht über den Aequator kam, sei es um's Cap Horn oder das Cap der guten Hoffnung?
-¿Ah, sí? Pues, mire usted, el que le está hablando, en el año 65, o sea, hace dos años y medio, capturó, cerca de Groenlandia, una ballena que llevaba aún en su flanco el arpón marcado de un ballenero de Bering. Pues bien, yo le pregunto cómo un animal arponeado al oeste de América pudo venir a hacerse matar al Este sin haber franqueado el ecuador, tras haber pasado ya sea por el cabo de Hornos, ya por el de Buena Esperanza.
– Das ist auch meine Meinung, sagte Conseil, und ich bin begierig, was mein Herr darauf antworten wird.
-Pienso lo mismo que el amigo Ned -dijo Conseil -y aguardo la respuesta del señor.
– Ich habe darauf zu antworten, meine Freunde, daß die Wallfische ihren Gattungen nach in gewissen Meeren einheimisch sind, welche sie nicht verlassen. Wenn es nun der Fall ist, daß ein solches Thier aus der Berings- in die Davis-Straße kam, so ist das ganz einfach ein Beweis, daß zwischen dem einen und dem anderen Meere eine Verbindung stattfindet, sei's auf der amerikanischen oder asiatischen Küste.
-Pues el señor os responde, amigos míos, que las ballenas están localizadas, según sus especies, en algunos mares que no abandonan. Si uno de estos animales ha pasado del estrecho de Bering al de Davis es, simplemente, porque debe existir un paso de un mar a otro, ya sea por las costas de América o por las de Asia.
– Darf man das glauben? fragte der Canadier.
-¿Hay que creerle? -dijo el canadiense, a la vez que cerraba un ojo.
– Meinem Herrn muß man wohl glauben, erwiderte Conseil.
-Hay que creer al señor -sentenció Conseil.
– Weil ich also, fuhr der Canadier fort, niemals in diesen Gegenden gefischt habe, kenne ich nicht die da hausenden Wallfische?
-Así, pues -dijo el canadiense-, como nunca he pescado en estos parajes no conozco las ballenas que los habitan, ¿no es así?
– Das ist meine Meinung, Ned.
-Así es, Ned.
– Um so mehr Grund ihre Bekanntschaft zu machen, versetzte Conseil.
-Pues razón de más para conocerlas -dijo Conseil.
– Sehen Sie da! Sehen Sie! rief der Canadier mit bewegter Stimme. Da kommt einer heran! Auf uns zu! Er verhöhnt mich! Er weiß, daß ich nichts gegen ihn kann!«
-¡Miren! ¡Miren! -gritó el canadiense, con una voz conmovida-. ¡Se acerca! ¡Viene hacia nosotros! ¡Me está desafiando! ¡Sabe que no puedo nada contra ella!
Ned stampfte mit dem Fuße, ballte die Faust, als schwinge er seine Harpune.
Ned golpeaba la plataforma con el pie y su brazo se agitaba blandiendo un arpón imaginario.
»Sind diese Wallfische eben so groß, fragte er, als die im Norden?
-¿Son tan grandes estos cetáceos como los de los mares boreales?
– Fast ebenso, Ned.
-Casi, casi, Ned.
– Denn ich habe sehr große Wallfische gesehen, mein Herr, die waren bis hundertundfünfzig Fuß lang! Man hat mir sogar erzählt, der Hullamock und der Umgallick der Aleuteninseln seien mitunter noch größer.
-Es que yo he visto ballenas muy grandes, señor, ballenas que medían hasta cien pies de longitud. Y he oído decir que la hullamock y la umgallick de las islas Aleutianas sobrepasan a veces los ciento cincuenta pies.
– Das scheint mir übertrieben, erwiderte ich. Die hiesigen, gleich den Pottfischen, sind im allgemeinen kleiner, wie die nördlichen.
-Eso me parece exagerado -respondí-. Esos animales no son más que balenópteros, provistos de aletas dorsales, y, al igual que los cachalotes, son generalmente más pequeños que la ballena franca. La mirada del canadiense no se apartaba del océano.
– Ah! rief der Canadier, der unverwandt auf das Meer hin schaute, er kommt näher, in den Bereich des Nautilus!«
-¡Ah! ¡Se acerca, viene hacia el Nautilus!
Dann fuhr er fort:
Luego, reanudó la conversación.
»Sie haben den Pottfisch ein kleines Thier genannt. Doch führt man Beispiele von riesenmäßiger Größe an. Sie sind gescheit. Mitunter, sagt man, bedecken sie sich mit Algen und Meergras. Man hält sie für Eilande, läßt sich darauf nieder, macht Feuer an ...
-Habla usted del cachalote como si fuera un pequeño animal. Sin embargo, se ha hablado de cachalotes gigantescos. Son unos cetáceos inteligentes. Algunos, se dice, se cubren de algas y fucos, y se les toma entonces por islotes sobre los que se acampa y se hace fuego…
– Man baut Häuser darauf, sagte Conseil.
-Y se edifican casas -dijo Conseil.
– Ja, Possenreißer, erwiderte Ned-Land. Darauf, eines schönen Morgens taucht das Thier unter, und nimmt alle seine Bewohner mit in die Tiefe.
-En efecto, señor bromista -respondió Ned Land-. Y luego, un buen día, el animal se sumerge y se lleva a todos sus habitantes al fondo del abismo.
-Como en los viajes de Simbad el Marino -repliqué, riendo-. Parece, señor Land, que le gustan las historias extraordinarias. ¡Qué cachalotes, los suyos! Espero que no se lo crea.
– Ei! Meister Land, es scheint, Sie lieben solche Extra-Geschichtchen! Ich hoffe, Sie glauben nicht daran.
Muy seriamente, respondió así el canadiense:
– Herr Naturforscher, erwiderte der Canadier ernsthaft, von den Wallfischen kann man alles glauben.
-Señor naturalista, de las ballenas hay que creérselo todo. ¡Ah, cómo marcha ésa! ¡Cómo se desvía-… ! Se dice que estos animales podrían dar la vuelta al mundo en quince días.
– Man behauptet, sie könnten in vierzehn Tagen den Weg um die ganze Erde machen.
-No diré que no.
-Pero lo que seguramente no sabe usted, señor Aronnax, es que en los comienzos del mundo las ballenas marchaban más rápidamente aún.
-¿Ah, sí? ¿De veras, Ned? ¿Y por qué?
-Porque entonces tenían la cola a lo ancho, como los peces, es decir, que la cola, comprimida verticalmente, batía el agua de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Pero el Creador, al darse cuenta de que marchaban demasiado rápidamente, les torció la cola, y desde entonces azotan el agua de arriba a abajo, en detrimento de su velocidad.
– Ich widerspreche nicht, sagte ich. – Doch muß man daran glauben?
-Bien, Ned -dije, tomando una expresión del canadiense-, ¿hay que creerle?
– Nicht allzuviel, erwiderte Ned-Land; ebenso wenig, als wenn ich sagte, es gäbe dreihundert Fuß lange Wallfische.
-No demasiado -respondió Ned Land-, no más que si le dijera que hay ballenas de trescientos pies de longitud y de cien mil libras de peso.
– Das ist allerdings etwas stark, sagte ich.«
-Mucho es eso, en efecto. Sin embargo, hay que admitir que algunos cetáceos adquieren un desarrollo considerable, puesto que, al parecer, dan hasta ciento veinte toneladas de aceite.
-Eso es verdad, eso lo he visto yo -dijo el canadiense.
-Lo creo, Ned, como creo que hay ballenas que igualan en tamaño a cien elefantes. Calcule usted el efecto que puede producir una masa así lanzada a toda velocidad.
-¿Es verdad que pueden echar un barco a pique? -preguntó Conseil.
-No lo creo -le respondí-. Se cuenta, sin embargo, que en 1820, precisamente en estos mares del Sur, una ballena se precipitó contra el Essex y le hizo retroceder a una velocidad de cuatro metros por segundo. Las olas penetraron por la popa y el Essex se fue a pique en seguida.
Ned me miró con un aire burlón, y dijo:
-En cuanto a mí, he recibido un coletazo de ballena; en mi bote, claro. Mis compañeros y yo nos vimos despedidos a una altura de seis metros. Pero al lado de la ballena del señor profesor, la mía no era más que un ballenato.
-¿Viven muchos años estos animales? -preguntó Conseil.
-Mil años -respondió el canadiense, sin vacilar.
-¿Cómo lo sabe usted, Ned?
-Porque así se dice.
-¿Y por qué se dice?
-Porque se sabe.
-No, Ned, eso no se sabe, se supone, y esa suposición se basa en este razonamiento. Hace cuatrocientos años, cuando los pescadores se lanzaron por vez primera en persecución de las ballenas, éstas tenían un tamaño muy superior al actual. Se supone, pues, bastante lógicamente, que la inferioridad de las actuales ballenas se debe a que no han tenido tiempo de alcanzar su completo desarrollo. Esto es lo que hizo decir a Buffon que estos cetáceos podían y debían vivir mil años. ¿Me oye usted?
So plauderten sie noch eine Weile von unglaublichen Dingen. Aber Ned-Land hörte nicht mehr zu. Der Wallfisch kam näher.
Pero Ned Land no oía ni escuchaba. La ballena continuaba acercándose y él la seguía, devorándola con los ojos.
»Ah! rief er aus, es ist nicht mehr ein Thier; es sind zehn, zwanzig, eine ganze Heerde! Und nichts thun zu können!
-¡No es una ballena, son diez, veinte, es una manada entera! ¡Y no poder hacer nada! ¡Estar aquí, atado de pies y manos!
– Aber, Freund Ned, sagte Conseil, warum fragen Sie nicht den Kapitän Nemo um Erlaubniß, eine Jagd zu machen?«
-¿Por qué no pide permiso de caza al capitán Nemo, amigo Ned?
Conseil hatte noch nicht ausgesprochen, als Ned-Land schon die Lucke hinab eilte, den Kapitän aufzusuchen. Nach einer kleinen Weile erschienen sie beide wieder auf der Plateform.
No había acabado todavía Conseil de hablar, cuando ya Ned Land se precipitaba al interior en busca del capitán.
Der Kapitän Nemo betrachtete die Truppe, welche sich eine Meile entfernt auf dem Wasser belustigte.
Algunos instantes después, ambos reaparecían en la plataforma. El capitán Nemo observó la manada de cetáceos que evolucionaba a una milla del Nautilus.
»Es sind Süd-Wallfische, sagte er. Es wäre da für eine Flotte von Wallfischjägern zu thun.
-Son ballenas australes -dijo-. Hay ahí la fortuna de una flota de balleneros.
– Nun, mein Herr, könnte ich nicht Jagd darauf machen, sei's auch nur, um mein früheres Handwerk nicht zu vergessen?
-Y bien, señor -dijo el canadiense-, ¿no podría yo darles caza, aunque sólo fuese para no olvidar mi antiguo oficio de arponero?
– Weshalb denn, erwiderte der Kapitän Nemo, jagen, nur um zu vernichten? Wir brauchen an Bord keinen Thran.
-¿Para qué? -respondió el capitán Nemo-. ¿Cazar únicamente por destruir? No necesitamos aceite de ballena a bordo.
– Doch haben Sie mir im Rothen Meere gestattet, den Dugong zu verfolgen.
-Sin embargo -dijo el canadiense-, en el mar Rojo usted nos autorizó a perseguir a un dugongo.
– Damals handelte sich's darum, meiner Mannschaft frisches Fleisch zu verschaffen. Hier aber wäre es tödten, nur um zu tödten. Ich weiß zwar, daß dies ein Vorrecht des Menschen ist, aber ich lasse so mörderischen Zeitvertreib nicht gelten. Wenn Ihr den südlichen Wallfisch ebenso wie den nördlichen vernichtet, unschädliche und nützliche Geschöpfe, so ist das zu tadeln. So hat man bereits die ganze Baffinsbai verödet, und so wird man eine Classe nützlicher Thiere ausrotten. Lasset doch die armen Wallfische in Ruhe, die an ihren natürlichen Feinden, den Pottfischen, Schwert- und Sägefischen schon genug haben.«
-Se trataba entonces de procurar carne fresca a mi tripulación. Aquí sería matar por matar. Ya sé que es éste un privilegio reservado al hombre, pero yo no admito estos pasatiempos mortíferos. Es una acción condenable la que cometen los de su oficio, señor Land, al destruir a estos seres buenos e inofensivos que son las ballenas, tanto la austral como la franca. Ya han despoblado toda la bahía de Baffin y acabarán aniquilando una clase de animales útiles. Deje, pues, tranquilos a estos desgraciados cetáceos, que bastante tienen ya con sus enemigos naturales, los cachalotes, los espadones y los sierra.
Man kann sich vorstellen, was der Canadier bei dieser Moral-Lection für ein Gesicht machte. Solche Gründe waren bei einem Jäger weggeworfene Worte. Ned-Land sah dem Kapitän Nemo in's Angesicht, verstand aber offenbar nicht, was er damit meinte. Doch hatte der Kapitän Recht. Der barbarische und unüberlegte Eifer der Wallfischjäger wird einmal diese Thierart vom Ocean vertilgen.
Fácil es imaginar la cara del canadiense ante ese curso de moral. Emplear semejantes razonamientos con un cazador, palabras perdidas. Ned Land miraba al capitán Nemo, y era evidente que no comprendía lo que éste quería decirle. Tenía razón el capitán. El bárbaro, desconsiderado encarnizamiento de los pescadores hará desaparecer un día la última ballena del océano.
Ned-Land pfiff halblaut sein Yankee doodle, steckte seine Hände in die Taschen und wendete uns den Rücken.
Ned Land silbó entre dientes su Yankee doodle, se metió las manos en los bolsillos y nos volvió la espalda.
Indessen betrachtete der Kapitän Nemo die Heerde Wallfische, und sprach zu mir:
El capitán Nemo observaba la manada de cetáceos. Súbitamente, se dirigió a mí.
»Nicht ohne Grund habe ich gesagt, daß auch ohne den Menschen die Wallfische Feinde genug haben. Es wird nicht lange dauern, so werden diese ihre harte Noth bekommen. Sehen Sie, Herr Arronax, acht Meilen unter'm Wind diese schwärzlichen Punkte sich bewegen?
-Tenía yo razón en decir que, sin contar al hombre, no le faltan a las ballenas enemigos naturales. Dentro de poco ésas van a pasar un mal rato. ¿Distingue usted, señor Aronnax, esos puntos negruzcos en movimiento, a unas ocho millas, a sotavento?
– Ja, Kapitän, erwiderte ich.
-Sí, capitán -respondí.
– Das sind Pottfische, fürchterliche Thiere, die ich mitunter in Scharen von zwei- bis dreihundert getroffen habe! Diese, ein grausames, schädliches Gezücht, zu vernichten, ist wohl gerechtfertigt.«
-Son cachalotes, animales terribles que he encontrado a veces en manadas de doscientos o trescientos. A esos animales crueles y dañinos, sí que está justificado exterminarlos.
Bei diesen Worten wendete sich der Canadier lebhaft um.
Al oír estas palabras, el canadiense se volvió con viveza.
»Nun denn, Kapitän, sagte ich, es ist noch Zeit, zu Gunsten der Wallfische ...
-Pues bien, capitán -dije-, estamos a tiempo, en interés de las ballenas.
– Man braucht sich nicht der Gefahr auszusetzen, Herr Professor. Der Nautilus wird schon allein mit diesen Pottfischen fertig werden. Sein stählerner Schnabel kann wohl eben so viel ausrichten, als Meister Land's Harpune.«
-Inútil exponerse, señor profesor. El Nautilus se basta a sí mismo para dispersar a esos cachalotes, armado como está de un espolón de acero que, creo yo, vale tanto al menos como el arpón del señor Land.
Der Canadier zuckte keck die Achseln. Fische mit dem Schiffsschnabel angreifen, das wäre unerhört.
El canadiense no se molestó en disimular lo que pensaba, encogiéndose de hombros. ¡Atacar a golpes de espolón a los cetáceos! ¿Dónde, cuándo se había visto tal cosa?
»Warten Sie nur, Herr Arronax, sagte der Kapitän Nemo. Wir werden Ihnen eine Jagd zum Besten geben, von der Sie noch keinen Begriff haben. Kein Mitleid mit diesem wilden Gethier. Sie bestehen ja nur aus Maul und Zähnen!«
-Espere, señor Aronnax -dijo el capitán Nemo-. Vamos a mostrarle una caza que no conoce usted aún. Nada de piedad con estos feroces cetáceos. No son más que boca y dientes.
Maul und Zähne! Ja wohl. Denn obwohl der Pottfisch mitunter fünfundzwanzig Meter groß ist, so nimmt sein enormer Kopf doch etwa den dritten Theil seines Körpers ein. Er ist besser bewehrt als der Wallfisch, dessen Oberkiefer nur mit Barten besetzt ist, hat fünfundzwanzig starke, zwanzig Centimeter hohe, walzenförmige, zugespitzte, zwei Pfund schwere Zähne. Im oberen Theile dieses enormen Kopfes und in großen, durch Knorpel gesonderten Höhlungen befinden sich drei- bis vierhundert Kilogramm des kostbaren Oeles, welches »Wallrath« genannt wird. Der Pottfisch ist ein häßliches Thier, von üblem Körperbau, so zu sagen auf der ganzen linken Seite mangelhaft, so daß er auch nur mit dem rechten Auge sieht.
Boca y dientes. No se podía definir mejor al cachalote macrocéfalo, cuyo tamaño sobrepasa a veces los veinticinco metros. La cabeza enorme de este cetáceo ocupa casi el tercio de su cuerpo. Mejor armado que la bafiena, cuya mandíbula superior está dotada únicamente de barbas, está provisto de veinticinco grandes dientes de veinte centímetros de altura, cilíndricos y cónicos en su vértice, que pesan dos libras cada uno. En la parte superior de su enorme cabeza, en grandes cavidades separadas por cartilagos, contiene de trescientos a cuatrocientos kilogramos de ese aceite precioso llamado «esperma de ballena». El cachalote es un animal feo, «más renacuajo que pez», según la observación de Fredol, mal construido, «malogrado», por así decirlo, en toda la parte izquierda de su estructura y con la visión limitada apenas a su ojo derecho.
Inzwischen kam die Truppe Ungeheuer immer näher heran; sie hatten die Wallfische bemerkt und bereiteten sich zum Angriff vor. Man konnte den Sieg der Pottfische voraussehen, nicht allein weil ihr Körperbau ihnen den Vortheil über ihre Gegner giebt, sondern auch weil sie länger unter'm Wasser aushalten können, ohne auf der Oberfläche Luft schöpfen zu müssen.
La monstruosa manada continuaba acercándose. Había visto ya a las ballenas y se disponía a atacarlas. Podía predecirse de antemano la victoria de los cachalotes, no sólo por estar mejor conformados para el ataque que sus inofensivos adversarios, sino también porque pueden permanecer más tiempo bajo el agua sin subir a respirar a la superficie.
Es war hohe Zeit, den Wallfischen zu Hilfe zu kommen. Der Nautilus tauchte ein wenig unter die Oberfläche. Conseil und Ned setzten sich neben mich vor die Fenster des Salons. Der Kapitän Nemo begab sich an die Seite des Steuerers, um sein Fahrzeug als wie eine Zerstörungsmaschine zu lenken. Bald wurden die Schläge der Schraube rascher, und unsere Schnelligkeit nahm zu.
Era tiempo ya de acudir en socorro de las ballenas. El Nautilus comenzó a navegar entre dos aguas. Conseil, Ned y yo nos apostamos en el observatorio del salón. El capitán Nemo se dirigió a la cabina del timonel para maniobrar su aparato como un artefacto de destrucción. Poco después sentí cómo se multiplicaban las revoluciones de la hélice y aumentaba nuestra velocidad.
Der Kampf zwischen den beiden Gegenparteien hatte schon begonnen, als der Nautilus zur Stelle kam. Er manövrierte dergestalt, daß er die Angreifer abschnitt. Diese waren anfangs ziemlich gleichgiltig, als sie sahen, wie sich das neue Ungeheuer einmischte. Aber bald mußten sie seinen Stößen ausweichen.
Ya había comenzado el combate entre los cachalotes y las ballenas cuando llegó el Nautilus. La maniobra de éste se orientó a cortar la manada de macrocéfalos. Al principio, éstos no parecieron mostrarse temerosos a la vista del nuevo monstruo que se mezclaba en la batalla, pero pronto hubieron de emplearse en esquivar sus golpes.
Welch ein Kampf! Ned-Land frohlockte bald, und klatschte mit den Händen. Der Nautilus kam ihm vor wie eine furchtbare Harpune, welche sein Kapitän schleuderte. Er warf sich gegen die Fleischmassen und schnitt sie entzwei, so daß hinter ihm zwei gesonderte Hälften des Thieres zappelten. Die fürchterlichen Schläge seines Schwanzes, womit er ihn auf den Seiten traf, spürte er nicht; eben so wenig seine Stöße. War ein Pottfisch vernichtet, so drang er auf einen anderen ein, wendete an der Stelle, daß er ihm nicht entgehe, schoß vorwärts oder zog sich zurück, nach der Weisung seines Steuerers, tauchte unter, wenn sein Gegner die Tiefe suchte, kam wieder mit ihm zur Oberfläche, traf ihn geradeaus oder schräg, zerschnitt oder zerfleischte, und wohin er sich wendete und drehte, mit seinem fürchterlichen Schnabel ihn durchbohrend.
¡Qué lucha! El mismo Ned Land acabó batiendo palmas, entusiasmado. El Nautilus se había tornado en un arpón formidable, blandido por la mano de su capitán. Se lanzaba contra las masas carnosas y las atravesaba de parte a parte, dejando tras su paso dos movedizas mitades de cachalote. No sentía los tremendos coletazos que azotaban a sus flancos ni los formidables choques. Exterminado un cachalote, corría hacia otro, viraba rápidamente para no fallar la presa, se dirigía hacia adelante o hacia atrás, dócil al timón, sumergiéndose cuando el cetáceo se hundía en las capas profimdas o ascendiendo con él cuando volvía a la superficie, golpeándole de lleno u oblicuamente, cortándole o desgarrándole con su terrible espolón, y en todas las direcciones y a todas las velocidades.
Welch' Gemetzel! Welches Getöse auf der Oberfläche der Fluthen! Welch scharfes Pfeifen und eigenthümliches Schnarchen der von Entsetzen ergriffenen Thiere!
¡Qué carnicería! ¡Qué ruido en la superficie de las aguas producían los agudos silbidos y los ronquidos de los espantosos animales! En medio de aquellas aguas ordinariamente tan bonancibles sus coletazos producían una verdadera marejada.
Eine ganze Stunde lang dauerte das Blutbad, dem die Großköpfe nicht entrinnen konnten. Einigemal machten zehn bis zwölf zusammen den Versuch, den Nautilus durch ihre Masse zu zerdrücken. Man sah durch's Fenster ihren ungeheuren, mit Zähnen umzäunten Rachen, ihr fürchterliches Auge. Ned-Land, der außer sich war, drohte ihnen, höhnte sie. Man fühlte, wie sie sich an unser Fahrzeug klammerten, wie Hunde, die einen Keiler packen. Aber der Nautilus, mit gesteigerter Kraft seiner Schraube, schleuderte sie fort, schleppte sie nach oder zog sie wieder auf die Oberfläche, ohne daß ihr enormes Gewicht, oder ihr mächtiges Drücken ihm etwas anhaben konnte.
Una hora duró aquella homérica matanza a la que no podían sustraerse los macrocéfalos. En varias ocasiones, diez o doce reunidos trataron de aplastar al Nautilus bajo sus masas. A través del cristal veíamos sus grandes bocazas pavimentadas de dientes, sus ojos formidables. Ned Land, que ya no era dueño de sí, les amenazaba e injuriaba. Sentíamos que intentaban fijarse a nuestro aparato como perros que hacen presa en un jabato entre la espesura del bosque. Pero el Nautilus, forzando su hélice, les arrastraba consigo o les llevaba a la superficie, sin sentir en lo más mínimo su enorme peso ni sus poderosas convulsiones.
Endlich lichtete sich die Schar der Gegner; die aufgeregten Wogen wurden wieder ruhig. Ich fühlte, daß wir wieder zur Oberfläche kamen. Die Lucke wurde geöffnet und wir stürzten auf die Plateform.
Al fin fue clareándose la masa de cachalotes y las aguas recobraron su tranquilidad. Sentí que ascendíamos a la superficie. Una vez en ella, se abrió la escotilla, y nos precipitamos a la plataforma.
Das Meer war mit verstümmelten Leichnamen bedeckt. Eine fürchterliche Explosion hätte nicht ärger zerrissen, zerschnitten, zersetzt, wie hier mit diesen Massen geschehen war. Wir schwammen mitten durch die Riesenkörper mit bläulichem Rücken und weißlichem Bauch. Einige Pottfische flohen voll Entsetzen nach dem Horizont. Einige Meilen weit waren die Wogen roth gefärbt, und der Nautilus schwamm durch ein Blutmeer.
El mar estaba cubierto de cadáveres mutilados. Una formidable explosión no habría dividido, desgarrado, descuartizado con mayor violencia aquellas masas carnosas. Flotábamos en medio de cuerpos gigantescos, azulados por el lomo y blancuzcos por el vientre, y sembrados todos de enormes protuberancias como jorobas. Algunos cachalotes, espantados, huían por el horizonte. El agua estaba teñida de rojo en un espacio de varias millas, y el Nautilus flotaba en medio de un mar de sangre.
Der Kapitän Nemo kam zu uns.
El capitán Nemo se unió a nosotros, y dirigiéndose a Ned Land, dijo:
»Nun, Meister Land? sagte er.
-¿Qué le ha parecido?
– Ei nun, mein Herr, erwiderte der Canadier, dessen Enthusiasmus sich gelegt hatte, es ist ein erschrecklicher Anblick, wirklich. Aber ich bin kein Metzger, sondern ein Jäger, und das ist eine Metzelei.
El canadiense, en quien se había calmado el entusiasmo, respondió:
-Pues bien, señor, ha sido un espectáculo terrible, en efecto. Pero yo no soy un carnicero, soy un pescador, y esto no es más que una carnicería.
– Es ist ein Vernichten schädlicher Thiere, erwiderte der Kapitän, und mein Nautilus ist kein Metzgerbeil.
-Es una matanza de animales dañinos -respondió el capitán -y el Nautilus no es un cuchillo de carnicero.
– Meine Harpune ist mir doch lieber, versetzte der Canadier.
-Yo prefiero mi arpón -replicó el canadiense.
– Jeder hat seine Waffe«, erwiderte der Kapitän, und blickte Ned-Land scharf in's Angesicht.
-A cada cual sus armas -dijo el capitán, mirando fijamente a Ned Land.
Ich fürchtete schon, dieser werde sich zu einer Gewaltthat fortreißen lassen, die gefährliche Folgen haben könnte. Aber sein Zorn legte sich beim Anblicke eines Wallfisches, der den Zähnen der Pottfische nicht hatte entrinnenkönnen.
Temí por un momento que éste se dejara llevar a un acto violento de deplorables consecuencias. Pero su atención y su ira se desviaron a la vista de una ballena a la que se acercaba el Nautilus en ese momento.
Ich erkannte den südlichen Wallfisch, der ganz schwarz ist, mit plattem Kopf, und sich von dem weißen und dem Nordkaper anatomisch dadurch unterscheidet, daß die sieben Nackenwirbel zusammengelöthet sind, und er zwei Rippen mehr hat, als die anderen derselben Gattung. Das Thier lag todt auf dem Rücken, den Bauch von Bissen durchbohrt; an einem Zipfel seiner Flossen hing ein Junges, das er nicht mehr hatte retten können.
El animal no había podido escapar a los dientes de los cachalotes. Reconocí la ballena austral, de cabeza deprimida, que es enteramente negra. Se distingue anatómicamente de la ballena blanca y del Nord Caper por la soldadura de las siete vértebras cervicales y porque tiene dos costillas más que aquéllas.
El desgraciado cetáceo, tumbado sobre su flanco, con el vientre agujereado por las mordeduras, estaba muerto. Del extremo de su aleta mutilada pendía aún un pequeño ballenato al que tampoco había podido salvar. Su boca abierta dejaba correr el agua, que murmuraba como la resaca a través de sus barbas.
Der Kapitän Nemo fuhr zu dem Leichnam heran. Zwei Matrosen stiegen auf den Leib des Thieres, und ich sah mit einigem Erstaunen, wie sie aus den Eutern desselben alle Milch, welche dieselben enthielten, herausmolken, im Gehalt von zwei bis drei Tonnen.
El capitán Nemo condujo al Nautilus junto al cadáver del animal. Dos de sus hombres saltaron al flanco de la ballena. No sin asombro vi como los dos hombres retiraban de las mamilas toda la leche que contenían, unas dos o tres toneladas nada menos.
Der Kapitän bot mir eine Tasse der noch warmen Milch an. Ich konnte mich nicht enthalten, meinen Ekel davor ihm zu erkennen zu geben. Er versicherte mich, die Milch sei vortrefflich, und auch nicht im Mindesten von Kuhmilch verschieden.
El capitán me ofreció una taza de esa leche aún caliente. No pude evitar hacer un gesto de repugnancia ante ese brebaje. Él me aseguró que esa leche era excelente y que no se distinguía en nada de la leche de vaca. La probé y hube de compartir su opinión.
Ich kostete sie, und theilte seine Meinung. Das war für uns ein nützlicher Vorrath; denn diese Milch, in Form von Butter oder Käse, mußte für unsere tägliche Kost eine angenehme Abwechselung abgeben.
Era para nosotros una útil reserva, pues esa leche, en forma de mantequilla salada o de queso, introduciría una agradable variación en nuestra dieta alimenticia.
Von diesem Tage an merkte ich mit Unruhe, daß Ned-Land's Stimmung gegen den Kapitän Nemo immer übler wurde, und entschloß mich, seine Handlungen und Geberden strenge zu überwachen.
Desde aquel día, observé con inquietud que la actitud de Ned Land hacia el capitán Nemo iba tornándose cada vez más peligrosa, y decidí vigilar de cerca los actos y los gestos del canadiense.