Der Nautilus setzte seine Fahrt unabänderlich südwärts längs dem fünfzigsten Meridian mit großer Geschwindigkeit fort. Wollte er bis zum Pol dringen? Ich dachte nicht, denn bisher waren alle Bemühungen, bis dahin vorzudringen, gescheitert. Uebrigens war die Jahreszeit bereits sehr vorwärts gerückt, denn der 13. März der Südpolarländer entspricht dem 13. September der nördlichen Regionen.
El Nautilus prosiguió su imperturbable rumbo Sur por el meridiano cincuenta, a una velocidad considerable. ¿Acaso se proponía llegar al Polo? No podía yo creer que ése fuera su propósito, pues hasta entonces habían fracasado todas las tentativas de alcanzar ese punto del Globo. Por otra parte, estaba ya muy avanzada la estación, puesto que el 13 de marzo de las tierras antárticas corresponde al 13 de septiembre de las regiones boreales, a unos días tan sólo del comienzo del período equinoccial.
Am 14. März bemerkte ich unter'm 55. Breitegrade Treibeis, blasse Blöcke von nur zwanzig bis fünfundzwanzig Fuß, gleich Klippen, woran sich die Wellen brachen. Der Nautilus hielt sich auf der Meeresoberfläche. Ned-Land war schon vom Norden her mit Eisbergen bekannt; Conseil und ich, wir sahen sie zum ersten Mal.
El 14 de marzo, hallándonos a 55º de latitud, vi hielos flotantes, apenas unos bloques pálidos de unos veinte a veinticinco pies que se erigían como escollos contra los que rompía el mar. El Nautilus navegaba en superficie. La práctica de la pesca en los mares árticos había familiarizado a Ned Land con el espectáculo de los icebergs. Conseil y yo lo admirábamos por primera vez.
Gegen den südlichen Horizont hin zeigte sich in der Atmosphäre ein blendend weißer Streifen. Ein solcher Schein, den auch das dichteste Gewölk nicht verdüstert, kündigt die Nähe einer Eisbank an.
En la atmósfera, en el horizonte meridional, se extendía una franja blanca deslumbrante. Los balleneros ingleses le han dado el nombre de iceblink. Ni las nubes más espesas consiguen oscurecer ese fenómeno anunciatorio de la presencia de un pack o banco de hielo.
In der That, bald zeigten sich bedeutend größere Blöcke, die je nach den Launen des Nebels in anderen Farben schimmerten. Einige dieser Massen zeigten grüne Adern, als seien sie mit wellenförmigen Streifen schwefelsauren Kupfers überzogen. Andere glichen enormen Amathysten, indem sie die Strahlen desselben, den Einwirkungen des Lichtes ausgesetzt, theils auf ihre Krystallfacetten zurückwarfen, theils in lebhaftem Reflex zu Nuancen brachen.
En efecto, no tardaron en aparecer bloques mucho más considerables, cuyo brillo cambiaba según los caprichos de la bruma. Algunos de esos bloques mostraban vetas verdes, como si sus onduladas líneas hubiesen sido trazadas con sulfato de cobre. Otros, semejantes a enormes amatistas, se dejaban penetrar por la luz y la reverberaban sobre las mil facetas de sus cristales. Aquéllos, matizados con los vivos reflejos del calcáreo, hubieran bastado a la construcción de toda una ciudad de mármol.
Je mehr wir weiter nach Süden kamen, desto zahlreicher und bedeutender wurden diese schwimmenden Inseln. Polarvögel nisteten daran zu Tausenden.
Iban aumentando en número y en tamaño aquellas islas flotantes a medida que avanzábamos hacia el Sur. Los pájaros polares anidaban en ellas por millares. Eran procelarias o petreles, que nos ensordecían con sus gritos. Algunas tomaban el Nautilus por el cadáver de una ballena y se posaban en él y lo picoteaban sonoramente.
Während dieser Fahrt zwischen den Eisblöcken befand sich der Kapitän Nemo häufig auf der Plateform. Er beobachtete sorgfältig diese öden Gegenden. Manchmal belebte sich die kalte Ruhe seines Blickes; aber er sprach nicht, blieb schweigsam, unbeweglich, außer wenn die Luft zu manövriren die Oberhand bekam; dann leitete er seinen Nautilus mit vollendeter Gewandtheit, und wich geschickt dem Stoß dieser Massen aus, die mitunter einige Meilen lang waren und siebenzig bis achtzig Meter hoch. Ost schien der Horizont völlig geschlossen. Unter'm sechzigsten Breitengrade hörte jedes Fahrwasser auf. Aber der Kapitän Nemo fand bald eine enge Oeffnung, durch welche er kühn weiter drang, obwohl er wußte, daß sie sich hinter ihm wieder schloß.
El capitán Nemo se mantuvo a menudo sobre la plataforma mientras duró la navegación entre los hielos, en atenta observación de aquellos parajes abandonados. A veces veía yo animarse su tranquila mirada. ¿Se decía acaso a sí mismo que en esos mares polares prohibidos al hombre se hallaba él en sus dominios, dueño de los infranqueables espacios? Tal vez. En todo caso, no hablaba. Permanecía inmóvil hasta que el instinto del piloto que había en él le reclamaba. Dirigía entonces el Nautilus con una pericia consumada; evitaba con habilidad los choques con las grandes masas de hielo, algunas de las cuales medían varias millas de longitud y de setenta a ochenta metros de altura. Con frecuencia el horizonte parecía enteramente cerrado. A la altura de los sesenta grados de latitud, todo paso había desaparecido. Pero en su búsqueda cuidadosa no tardaba el capitán Nemo en hallar alguna estrecha apertura por la que se metía audazmente, a sabiendas, sin embargo, de que habría de cerrarse tras él.
So fuhr der Nautilus durch seine geschickte Hand geleitet durch alle diese Eisberge, unendliche Eisflächen und schwimmende Treibeisblöcke.
Así fue como el Nautilus, guiado por tan hábil piloto, dejó tras de sí aquellos hielos, clasificados, según su forma o su tamaño, con una precisión que encantaba a Conseil, en: icebergs o montañas; ice fields o campos unidos y sin límites; drift ices o hielos flotantes; packs o campos rotos, llamados palchs cuando son circulares, y streams cuando están formados por bloques alargados.
Die Temperatur war ziemlich niedrig. Das Thermometer zeigte in der äußeren Luft zwei bis drei Grad unter Null. Aber wir waren warm in Pelzwerk, Robben- oder Seebärenfelle gehüllt. Im Inneren des Nautilus war man durch regelmäßige Heizung mit dem elektrischen Apparat gegen die strengste Kälte geschützt. Auch brauchte er nur einige Meter tief unter die Wellen zu tauchen, um da eine erträgliche Temperatur zu finden.
La temperatura era ya bastante baja. El termómetro, expuesto al aire exterior, marcaba dos o tres grados bajo cero. Pero estábamos bien abrigados con pieles obtenidas a expensas de las focas y de los osos marinos. El interior del Nautilus, regularmente caldeado por sus aparatos eléctricos, desafiaba a las más bajas temperaturas. Por otra parte, bastaba que se sumergiera unos cuantos metros para hallar una temperatura soportable.
Zwei Monate früher hätten wir unter dieser Breite ununterbrochenen Tag getroffen; aber schon ward es drei bis vier Stunden Nacht, und später sollten diese Polargegenden sechs Monate sich in Dunkel hüllen.
Dos meses antes, habríamos podido gozar en esas latitudes de un día sin fin, pero ya la noche se adueñaba durante tres o cuatro horas del tiempo, anticipando la sombra que durante seis meses debía echar sobre aquellas regiones circumpolares.
Am 15. März hatten wir die Breite der New-Shet land- und Süd-Orkney-Inseln hinter uns. Der Kapitän theilte mir mit, diese Striche seien ehemals von zahlreichen Robben bewohnt gewesen, aber die englischen und amerikanischen Wallfischjäger hätten in Zerstörungswuth durch Vernichtung der Erwachsenen sammt den trächtigen Weibchen Todesstille an der Stelle regen Lebens verbreitet.
El día quince de marzo sobrepasamos la latitud de las islas New Shetland y Orkney del Sur. El capitán me informó de que en otro tiempo numerosas colonias de focas habitaron aquellas tierras, pero los balleneros ingleses y americanos, en su furia destructora, con la matanza de los animales adultos y de las hembras preñadas, dejaron tras ellos el silencio de la muerte donde había reinado la animación de la vida.
Am 16. März, um acht Uhr früh, durchschnitt der Nautilus längs dem fünfundfünfzigsten Meridian den südlichen Polarkreis. Nun waren wir von allen Seiten mit Eis umgeben, das den Horizont abschloß. Doch der Kapitän drang von Enge zu Enge immer weiter.
El 16 de marzo, hacia las ocho de la mañana, el Nautilus, en su marcha por el meridiano cincuenta y cinco, franqueó el Círculo Polar Antártico. Los hielos nos rodeaban por todas partes y cerraban el horizonte. Pero el capitán Nemo continuaba su marcha de paso en paso.
»Aber wohin fährt er denn? fragte ich.
-Pero ¿adónde va? -preguntaba yo.
– Vorwärts, erwiderte Conseil. Doch, wenn er nicht mehr weiter kann, wird er Halt machen.
-Hacia adelante -respondía Conseil-. Después de todo, ya parará cuando no pueda ir más lejos.
– Darauf möchte ich nicht schwören«, erwiderte ich.
-No me atrevería yo a jurarlo.
Und, offen gestanden, diese abenteuerliche Fahrt war mir nicht zuwider. Die Schönheiten dieser neuen Gegenden setzten mich über die Maßen in Erstaunen. Prachtvolle Gestaltungen, Lagen und Stellungen der Eisblöcke. Hier sahen sie aus wie eine orientalische Stadt mit zahllosen Minarets und Moscheen; dort wie eine durch Erdbeben zerfallene Stadt. Ansichten, die in den schief fallenden Sonnenstrahlen unaufhörlich wechselten, oder inmitten der Schneestürme sich in graue Nebel verloren. Dann allerwärts polterndes Zusammenstürzen hinpurzelnder Eisberge mit wechselnden Decorationen, wie in einem Diorama.
Y debo confesar, a fuerza de franqueza, que no me disgustaba tan aventurada excursión. La belleza de esas regiones nuevas me maravillaba hasta lo indecible. Los hielos cobraban formas soberbias. Aquí, su conjunto tomaba el aspecto de una ciudad oriental con sus alminares y sus innumerables mezquitas. Allá, una ciudad derruida como si hubiera sido abatida por una convulsión del suelo. Aspectos incesantemente variados por los oblicuos rayos del sol, o perdidos en las brumas grises en medio de los vendavales de nieve. Y por todas partes formidables detonaciones, desmoronamientos y derrumbamientos de icebergs que cambiaban el decorado como el paisaje de un diorama.
Wenn ein solcher Gleichgewichtsbruch statt fand, während der Nautilus untergetaucht war, so pflanzte sich außerordentlich stark das Getöse unter'm Wasser fort, und durch den Sturz dieser Massen entstanden fürchterliche Wirbelbildungen bis in die tiefsten Wasserschichten hinab.
Cuando esas rupturas se producían en momentos en que el Nautilus estaba sumergido, se propagaba el ruido bajo el agua con una espantosa intensidad a la vez que el derrumbamiento de las masas de hielos creaba temibles remolinos hasta en las capas profundas del océano. En esos momentos el Nautilus se balanceaba y cabeceaba como un barco abandonado a la furia de los elementos.
Ost, wenn ich keinen Ausweg sah, dachte ich, wir seien unabänderlich festgefahren; aber der Kapitän Nemo entdeckte immer wieder neue Wege.
A menudo, al no ver ya salidas por ninguna parte, pensaba yo que estábamos definitivamente apresados, pero el capitán Nemo, dejándose guiar por su instinto ante el más ligero indicio, continuaba descubriendo pasos nuevos. jamás se equivocaba al observar los delgados regueros de agua azulada que surcaban los témpanos. Por ello no dudaba yo de que hubiese aventurado con anterioridad al Nautilus por los mares antárticos.
Am 16. März jedoch versperrte uns eine Eisdecke gänzlich die Bahn. Dies Hinderniß konnte den Kapitän nicht aufhalten, er drang mit schrecklicher Gewalt auf so ein Eisfeld ein, und der Nautilus zerspaltete wie ein Keil die zerbrechliche Masse, daß sie mit fürchterlichem Krachen auseinander wich. Lediglich die Treibkraft des Fahrzeugs bahnte ihm die Durchfahrt. Manchmal schoß es über die Eisdecke und zertrümmerte sie durch sein Gewicht.
Sin embargo, aquel mismo día, 16 de marzo, el hielo nos cerró absolutamente el camino. No era todavía la gran banca, sino vastos ice fields cimentados por el frío. Ese obstáculo no podía detener al capitán Nemo, quien se lanzó contra él con una tremenda violencia. El Nautilus entraba como un hacha en la masa friable y la dividía entre estallidos terribles. Era el antiguo ariete propulsado por una potencia infinita. Los trozos de hielo, proyectados a gran altura, recaían en granizada sobre nosotros. Por su sola fuerza de impulsión, nuestro aparato se abría un canal. A veces, arrastrado por su impulso, subía sobre el campo de hielo y lo aplastaba con su peso, o, en algunos momentos, incrustado bajo el ice field lo dividía por un simple movimiento de cabeceo que producía grandes chasquidos.
Während dieser Tage wurden wir von ungestümen Windstößen heimgesucht. Mitunter war der Nebel so dicht, daß man nicht von einem Ende des Nautilus zum anderen sehen konnte. Der Schnee fiel in dicken Lagen, die so hart waren, daß man sie mit dem Beil zerhauen mußte. Obwohl nur fünf Grad unter Null, war doch der Nautilus außen ganz mit Eis überdeckt.
Violentos chubascos nos asaltaron aquellos días, en los que las brumas eran tan espesas que no hubiéramos podido vernos de un extremo a otro de la plataforma. El viento saltaba bruscamente de rumbo. La nieve se acumulaba en capas tan duras que había que romperla a golpes de pico. Sometidas a una temperatura de cinco grados bajo cero, todas las partes exteriores del Nautilus se recubrían de hielo. Imposible hubiera sido allí maniobrar todo aparejo, pues los extremos de los cabos se habrían quedado prendidos en la garganta de las poleas. Tan sólo un navío sin velas y movido por un motor eléctrico podía afrontar tan altas latitudes.
Unter diesen Umständen stand das Barometer meist sehr niedrig, sank sogar bis 73°5'. Der Compaß war in seinen Angaben nicht mehr zuverlässig; die irre gewordene Nadel zeigte auf alle Richtungen, als man dem Südpol des Magnets nahe kam, der nicht mit dem Südpol des Himmels zu verwechseln ist. Nach Hansten liegt dieser Pol in Wirklichkeit fast unter'm 70° Breite und 130° Länge, und nach den Beobachtungen Duperrey's unter 135° Länge und 70°30' Breite. Man mußte da den Compaß an verschiedenen Stellen des Schiffes anbringen, zahlreiche Beobachtungen anstellen und aus den verschiedenen Angaben das durchschnittliche Maß nehmen.
En tales condiciones, el barómetro se mantuvo generalmente muy bajo y llegó a caer incluso hasta 73 cms. Ninguna garantía ofrecían ya las indicaciones de la brújula. Enloquecidas, sus agujas marcaban direcciones contradictorias al acercarse al Polo Sur magnético, que no se confunde con el geográfico. En efecto, según Hansten, el polo magnético está situado a unos 70º de latitud y 130º de longitud, en tanto que para Duperrey se halla, según sus observaciones, a 135º de longitud y 70º 30'de latitud. Había que proceder a numerosas observaciones en los compases instalados en diferentes puntos del navío y sacar la media. Pero a menudo había que confiarse a la estima para calcular el rumbo seguido, método poco satisfactorio en medio de aquellos pasos sinuosos cuyos puntos de referencia cambiaban a cada momento.
Endlich, am 18. März, sah sich der Nautilus unabänderlich den Weg versperrt. Es waren nicht nur Blöcke und Eisfelder, welche hemmten, sondern eine endlose, unverrückbare Schranke von aneinander gereihten Eisbergen.
El 18 de marzo, tras veinte asaltos inútiles, el Nautilus quedó definitivamente inmovilizado. Ya no eran bloques de hielo en sus distintas formaciones -streams, palchs o icefields-, sino una interminable e inmóvil barrera formada por montañas soldadas entre sí.
»Die Eisdecke«, sagte der Canadier zu mir.
-La gran banca de hielo -dijo el canadiense.
Ich begriff, daß dies für Ned-Land, wie für alle früheren Seefahrer, ein unüberwindliches Hinderniß war. Als um Mittag die Sonne einen Augenblick zum Vorschein kam, konnte der Kapitän Nemo eine ziemlich genaue Aufnahme machen, wonach wir uns unter 31°30' Länge und 67°69' südlicher Breite befanden.
Comprendí que para Ned Land, como para todos los navegantes que nos habían precedido, aquello era el obstáculo infranqueable.
La aparición por un instante del sol, a mediodía, permitió al capitán Nemo situar con bastante exactitud nuestra posición, que era la de 51' 30’ de longitud y 67 39’ de latitud Sur, un punto muy avanzado ya de las regiones antárticas.
Von flüssiger Meeresoberfläche keine Spur mehr vor unseren Augen. Vor dem Schnabel des Nautilus lag eine unendliche Ebene voll launisch durcheinander gewürfelter Blöcke von riesiger Größe; hier und da ragten Bergspitzen, schlanke Gipfel bis zu zweihundert Fuß hoch empor; weiter entfernt eine Reihe steiler Bergwände in graulicher Farbe, ungeheure Spiegel, welche die seltenen, halb im Nebel versenkten Sonnenstrahlen reflectirten. Ueber diese öde Natur breitete sich eine Stille, die kaum vom Flügelschlag der Sturmvögel oder Wasserscherer unterbrochen war. Rings alles gefroren, selbst die Töne.
Del mar, de su superficie líquida, no quedaba ya la menor apariencia ante nosotros. Bajo el espolón del Nautilus se extendía una vasta llanura atormentada por intrincados y confusos bloques, con ese caprichoso desorden que caracteriza la superficie de un río en deshielo, pero en proporciones gigantescas. Aquí y allá, agudos picos, aisladas agujas se elevaban a alturas de hasta doscientos pies. Más lejos, se perfilaba una serie de acantilados cortados a pico y revestidos de tintes grisáceos, vastos espejos que reflejaban algunos rayos de sol semieclipsados por las brumas. En aquella desolada naturaleza reinaba un silencio ominoso, feroz, apenas rasgado por los aleteos de los petreles. Todo, hasta el ruido, estaba allí congelado.
So war denn der Nautilus genöthigt, mitten in den Eisfeldern seine abenteuerliche Fahrt einzustellen.
El Nautilus debió detenerse, pues, en su aventurera marcha por los campos de hielo.
»Mein Herr, sagte da Ned-Land, wenn Ihr Kapitän noch weiter fahren wird.
-Señor -me dijo aquel día Ned Land-, si su capitán llega más lejos…
– Nun?
-¿Qué?
– Dann ist's sein Meisterstück.
-Será un superhombre.
– Weshalb, Ned.
-¿Por qué, Ned?
– Weil über die Eisdecke Niemand hinaus kann. Ihr Kapitän vermag viel; aber, tausend Teufel! über die Natur hinaus kann er nicht, und wo diese ihre Schranken gesteckt hat, muß er wohl Halt machen.
-Porque nadie puede atravesar la gran banca de hielo. Es muy poderoso su capitán, pero, ¡mil diantres!, no es más poderoso que la Naturaleza, y allí donde ésta pone sus límites hay que detenerse, quiérase o no.
– Wahrhaftig, Ned-Land, und doch möchte ich gerne wissen, was hinter dieser Eisdecke ist! Eine Eiswand, die reizt nur mehr meine Neugier!
-Así es, Ned Land, y, sin embargo, yo hubiera querido saber lo que hay detrás de esta gran banca. Un muro, eso es lo que más me irrita.
– Mein Herr hat Recht, sagte Conseil. Die Bergwände sind nur da, um die Gelehrten zu höhnen.
-Tiene razón el señor -dijo Conseil-. No se han inventado los muros más que para exasperar a los sabios. No debería haber muros en ninguna parte.
– Gut! sagte der Canadier. Was es hinter dieser Eisdecke giebt, weiß man wohl.
-¡Bah! -exclamó el canadiense-. Lo que hay detrás es bien sabido.
– Was denn? fragte ich.
-¿Qué es? -pregunté.
– Eis, nichts als Eis!
-Hielo y más hielo.
– Sie, Ned, sind davon überzeugt, versetzte ich, aber ich bin es nicht. Darum möchte ich hin, um zu sehen.
-Usted está seguro de eso, Ned -repliqué-, pero yo no lo estoy. Por eso es por lo que querría ir a verlo.
– Darauf, Herr Professor, erwiderte der Canadier, werden Sie schon verzichten müssen. Sie sind bis an die Eisdecke gedrungen, das ist schon genug, und weiter hinaus werden Sie nicht kommen, und Ihr Kapitän Nemo mit seinem Nautilus auch nicht. Er mag wollen oder nicht, zurück in den Norden muß er wieder.«
-Pues ya puede usted ir renunciando a esa idea, señor profesor. Ha llegado usted ante la gran banca, lo que ya está bien, y no irá usted más lejos, como tampoco su capitán Nemo ni su Nautilus. Quiéralo él o no, tendremos que regresar hacia el Norte, es decir, a donde vive la gente normal.
Ich muß zugeben, daß Ned-Land Recht hatte, und so lange es nicht Schiffe giebt, die über die Eisfelder hinaus fahren, müssen sie wohl vor der Eisdecke anhalten.
Debo convenir que Ned Land tenía razón, que mientras los barcos no estén hechos para navegar sobre los campos de hielo tendrán que detenerse ante la gran banca.
Wirklich, trotz aller Anstrengungen mit seinen mächtigen Mitteln, mußte der Nautilus stille liegen. Gewöhnlich muß, wer nicht weiter vorwärts kann, seines Weges wieder zurück. Aber hier war rückwärts eben so wenig möglich, wie vorwärts, denn die Durchwege hatten sich hinter uns wieder geschlossen, und unser Fahrzeug war im Begriff einzufrieren. Bis zwei Uhr Mittags war dieses eingetreten, und das frische Eis bildete sich erstaunlich schnell um seine Seiten herum. Ich muß gestehen, der Kapitän war doch sehr unvorsichtig.
En efecto, pese a sus esfuerzos, pese a los potentes medios empleados para romper los hielos, el Nautilus se vio reducido a la inmovilidad. Por lo común, a quien no puede ir más lejos le queda la solución de retroceder. Pero allí retroceder era tan imposible como avanzar, pues los pasos se habían cerrado tras nosotros, y por poco tiempo que permaneciera nuestro aparato estacionario no tardaría en quedar totalmente bloqueado. Eso es lo que ocurrió hacia las dos de la tarde, cuando el hielo comprimió sus flancos con una asombrosa rapidez. La conducta del capitán Nemo me pareció sobrepasar los límites de la imprudencia.
Ich befand mich eben auf der Plateform. Der Kapitän, der seit einer Weile die Lage untersuchte, sprach zu mir:
Me hallaba yo en la plataforma cuando el capitán, que observaba la situación desde hacía algunos instantes, me dijo:
»Nun, Herr Professor, was halten Sie davon?
-¿Qué piensa usted de esto, señor profesor?
– Ich denke, wir stecken fest, Kapitän.
-Creo que estamos atrapados, capitán.
– Wir stecken fest! Was meinen Sie damit?
-¡Atrapados! ¿Por qué lo cree así?
– Ich meine, wir können weder vor- noch rückwärts, und auch nicht seitwärts.
-Sencillamente, porque no podemos ir ni hacia adelante ni hacia atrás ni hacia ningún lado. Y esto es, creo yo, lo que se llama estar «atrapados», al menos en los continentes habitados.
– Also, Herr Professor, Sie meinen, der Nautilus könne sich nicht frei machen?
-¿Piensa usted, pues, señor Aronnax, que el Nautilus no podrá liberarse?
– Schwerlich, Kapitän.
-Muy difícil lo veo, capitán, pues la estación está ya demasiado avanzada para poder esperar que se produzca el deshielo.
– Herr Professor, versetzte der Kapitän Nemo ironisch, Sie sind doch immer derselbe! Sie sehen nur Hindernisse! Ich versichere Sie, daß der Nautilus sich nicht allein frei machen, sondern noch weiter dringen wird!
-Siempre será usted el mismo, señor profesor -respondió el capitán Nemo en un tono irónico-. No ve usted más que impedimentos y obstáculos. Pues yo le aseguro que el Nautilus no sólo se liberará, sino que incluso irá aún más lejos.
– Noch weiter südlich, fragte ich den Kapitän.
-¿Más lejos? ¿Hacia el Sur? -le pregunté, mirándole fijamente.
– Ja, mein Herr, nach dem Pol.
-Sí, señor. Irá al Polo.
– Nach dem Pol! rief ich aus, mit unwillkürlichem Ausdruck des Zweifels.
-¡Al Polo! -exclamé, sin poder ocultar mi incredulidad.
– Ja! erwiderte der Kapitän kalt, nach dem Südpol, dem unbekannten Punkt, wo alle Meridiane zusammen laufen. Sie wissen, was ich mit dem Nautilus vermag.«
-Sí -respondió fríamente el capitán-, al Polo Antártico, a ese punto desconocido en que se cruzan todos los meridianos del globo. Usted sabe que yo hago con el Nautilus lo que quiero.
Ja! ich wußte es. Daß dieser Mann bis zur Verwegenheit kühn sei, war mir bekannt! Aber die Hindernisse zu überwinden, um bis zu dem Südpol zu dringen, der weit weniger zugänglich ist wie der Nordpol, zu welchem die erfahrensten Seemänner noch nicht gelangen, schien doch ein durchaus wahnsinniger Gedanke zu sein!
Sí, lo sabía. Sabía también de su audacia, una audacia hasta la temeridad. Pero vencer esos obstáculos que se levantan ante el Polo Sur, más inaccesible aún que el Polo Norte todavía no alcanzado por los más audaces navegantes, ¿no era una empresa absolutamente insensata, que sólo el espíritu de un loco podía concebir?
Es fiel mir ein, den Kapitän Nemo zu befragen, ob er den Pol bereits entdeckt habe.
Se me ocurrió entonces preguntarle si ya había descubierto ese Polo jamás hollado por el pie de una criatura humana.
»Nein, mein Herr, erwiderte er, wir wollen ihn miteinander entdecken. Ich bin mit meinem Nautilus noch nie so weit nach Süden gedrungen; aber, sag' ich nochmals, er wird noch weiter dringen.
-No, señor -me respondió-, y lo descubriremos juntos. Allí donde otros han fracasado no fracasaré yo. Nunca he llevado a mi Nautilus tan lejos por los mares australes, pero, se lo repito, ira aún más lejos.
– Ich glaub's gerne, Kapitän, fuhr ich etwas ironisch fort. Vorwärts denn! Für uns giebt's keine Hindernisse! Zersprengen wir die Eisdecke, oder fahren wir darüber hinaus!
-Quiero creerle, capitán -le dije, en un tono un tanto irónico-, y le creo. ¡Vayamos hacia adelante! ¡No hay obstáculos para nosotros! ¡Rompamos esta masa de hielo! ¡Hagámosla saltar! Y si resiste, démosle alas al Nautilus para que pueda pasar por encima.
– Darüber hinaus? Herr Professor, erwiderte der Kapitän Nemo ruhig. Zwar nicht darüber hinaus, aber doch darunter her.
-¿Por encima? -dijo tranquilamente el capitán Nemo-. No, señor profesor, no por encima, sino por debajo.
– Darunter her!« rief ich aus.
-¡Por debajo! -exclamé.
Ich begriff den Kapitän. Die wunderbaren Eigenschaften des Nautilus sollten auch zu diesem übermenschlichen Vorhaben dienen!
Acababa de iluminar mi mente la súbita revelación de los proyectos del capitán. Comprendí que las maravillosas posibilidades del Nautilus iban a servirle una vez más en tan sobrehumana empresa.
»Ich sehe, daß wir anfangen uns zu verstehen, Herr Professor, sagte der Kapitän lächelnd. Dem Nautilus wird leicht, was für gewöhnliche Fahrzeuge unausführbar ist. Ist der Pol von Festland umgeben, so wird er bei diesem Halt machen; ist dagegen dort freies Meer, so wird er bis zu ihm selbst dringen!
-Veo que empezamos a entendernos, señor profesor -me dijo el capitán, esbozando una sonrisa-. Ya empieza usted a entrever la posibilidad (el éxito, diré yo) de esta tentativa. Lo que es impracticable para un navío ordinario es fácil para el Nautilus. Si el Polo se halla en un continente, se detendrá ante ese continente, pero si, por el contrario, está bañado por el mar libre irá hasta el mismo Polo.
– In der That, sagte ich, besteht auch an der Oberfläche des Meeres eine feste Eisdecke, so sind doch seine tieferen Schichten frei; denn die größte Dichtigkeit des Meerwassers ist über dem Gefrierpunkt. Irre ich nicht, so verhält sich der unter dem Meeresspiegel befindliche Theil der Eisdecke zu dem über demselben vorragenden wie vier zu eins?
Arrastrado, excitado por el razonamiento del capitán, dije:
-Claro, si la superficie del mar está solidificada por los hielos, sus capas inferiores están libres, por esa razón providencial que ha colocado en un grado superior al de la congelación el máximo de densidad del agua marina. Si no me equivoco, la relación entre las masas de hielo sumergidas y las emergentes es la de cuatro a uno, ¿no es así?
– Beinahe, Herr Professor. Gegen einen Fuß über der Meeresfläche haben die Eisberge drei unter derselben. Da nun diese Eisberge nicht über hundert Meter hoch sind, so reichen sie nicht über dreihundert Meter in die Tiefe. Und dreihundert Meter, was will das heißen für den Nautilus?
-Poco más o menos, señor profesor. Por cada pie por encima del mar, los icebergs tienen tres debajo. Y puesto que estas montañas de hielo no sobrepasan los cien metros de altura, la parte sumergida debe ser de unos trescientos metros. ¿Y qué son trescientos metros para el Nautilus?
– Nichts, mein Herr.
-Nada.
Er wird sogar in größerer Tiefe die gleichförmige Temperatur des Meerwassers aufsuchen können, wo wir getrost den dreißig bis vierzig Kältegraden der Oberfläche Trotz bieten können.
-El Nautilus podrá incluso ir a buscar a una profundidad aún mayor la temperatura uniforme de las aguas marinas, y allí podremos desafiar impunemente los treinta o cuarenta grados de frío de la superficie.
– Richtig, mein Herr, sehr richtig, erwiderte ich lebhaft.
-En efecto, así es -dije, animándome cada vez más.
– Die einzige Schwierigkeit, fuhr der Kapitän Nemo fort, besteht darin, daß wir mehrere Tage unter'm Wasser bleiben müssen, ohne unseren Luftvorrath zu erneuern.
-La única dificultad -prosiguió el capitán Nemo -será la de permanecer varios días sumergidos sin poder renovar nuestra provisión de aire.
– Sonst keine? versetzte ich. Füllen wir die großen Behälter des Nautilus, und sie werden uns mit allem nöthigen Sauerstoff versehen.
-¡Si no es más que eso-… ! El Nautilus tiene vastos depósitos. Los llenaremos y nos proveerán de todo el oxígeno que podamos necesitar.
– Wohl ausgedacht, Herr Arronax, erwiderte der Kapitän lächelnd. Aber damit Sie mich nicht der Verwegenheit beschuldigen, so lege ich Ihnen zum Voraus alle meine Einwände vor.
-Bien dicho, señor Aronnax -respondió, sonriendo, el capitán-. Pero no quiero que pueda acusarme usted de temeridad y por eso me anticipo a someterle todas mis objeciones.
– Haben Sie denn noch weitere zu machen?
-¿Le queda alguna más?
– Nur einen. Wenn der Südpol von Meer umgeben ist, so wäre der Fall möglich, daß dasselbe dort völlig festgefroren ist, und dann könnten wir folglich nicht wieder zur Oberfläche gelangen!
-Una sola. Si el Polo Sur se halla en el mar, es posible que el mar esté enteramente congelado y que no podamos salir a su superficie.
– Wohl, mein Herr, denken Sie nicht daran, daß der Nautilus mit einem fürchterlichen Schnabel bewehrt ist, mit welchem wir in diagonaler Richtung die Decke der Eisfelder durchbohren und zertrümmern könnten?
-Capitán, olvida usted que el Nautilus está armado de un temible espolón. ¿Es que no podremos lanzarlo diagonalmente contra esos campos de hielo y abrirlos con la fuerza del choque?
– Ah! Herr Professor, heute haben Sie Ideen!
-¡Vaya, señor profesor! Veo que hoy tiene usted ideas.
– Uebrigens, Kapitän, fuhr ich noch eifriger fort, warum sollten wir nicht das Meer am Südpol frei finden, wie es am Nordpol ist? Die Kältepole und die Erdpole fallen wohl in der südlichen Hemisphäre eben so wenig zusammen, wie in der nördlichen, und bis das Gegentheil erwiesen wird, darf man an diesen Punkten annehmen, daß ein Continent oder ein Ocean eisfrei sein werde.
-Además, capitán -añadí, cada vez más ganado por el entusiasmo-, ¿por qué no habría de hallarse el mar libre en el Polo Sur como en el Polo Norte? Los polos del frío y los polos terrestres no se confunden ni en el hemisferio austral ni en el boreal y, mientras no se pruebe lo contrario, puede suponerse que ambos puntos se hallen en un continente o en un océano libres de hielos.
– Das glaub' ich auch, Herr Arronax, erwiderte der Kapitän Nemo. Ich will Ihnen nur die einzige Bemerkung machen, daß Sie, nachdem Sie so viele Einwände gegen mein Project hatten, nun mich durch Ihre Gründe überwältigen.«
-Yo lo creo también, señor Aronnax. Únicamente le haré la observación de que tras haber expresado tantas objeciones contra mi proyecto es usted ahora quien me abruma con sus argumentos a favor del mismo.
Der Kapitän hatte Recht. Ich übertraf ihn schon an Kühnheit! Ich riß ihn fort zur Fahrt nach dem Pol!
Así era. ¡Había llegado yo a superar al capitán Nemo en audacia! Era yo quien le arrastraba hacia el Polo. Me adelantaba a él y le distanciaba… Mas, ¡no, pobre loco! El capitán Nemo sabía mejor que tú los pros y los contras de la cuestión, y se divertía al verte arrebatado por los sueños de lo imposible.
Doch verlor er keinen Augenblick. Auf ein Signal erschien der Schiffslieutenant. Die beiden Männer besprachen sich rasch miteinander in ihrer unverständlichen Sprache, und der Lieutenant zeigte gar keine Ueberraschung, sei es, daß er schon vorher davon unterrichtet, oder von der Ausführbarkeit überzeugt war.
Entre tanto, no había perdido él un momento. A una señal suya, apareció el segundo. Los dos hombres conversaron rápidamente en su incomprensible lengua, y fuera porque el segundo hubiese sido puesto ya en antecedentes o bien porque hallase practicable el proyecto, no manifestó sorpresa alguna.
Aber auf Conseil machte die Mittheilung des Planes, nach dem Südpol zu dringen, doch noch weniger Eindruck. »Wie es meinem Herrn gefällt«, sagte er, und ich durfte damit zufrieden sein. Der Canadier aber zuckte gewaltig die Achseln.
Pero por impasible que se mostrara no lo fue más que Conseil cuando le anuncié nuestra intención de ir hasta el Polo Sur. Un «como el señor guste» acogió mi comunicación y eso fue todo. En cuanto a Ned Land, nadie se alzó jamás de hombros con tanta expresividad como el canadiense.
»Sehen Sie, mein Herr, sprach er, Sie dauern mich, sammt Ihrem Kapitän Nemo!
-Mire, señor -me dijo-, me dan lástima usted y su capitán Nemo.
– Aber doch werden wir zum Pol gelangen, Meister Land.
-Pero iremos al Polo, Ned.
– Möglich, aber zurück werden Sie nicht kommen!«
-Posible, pero no volverán.
Und Ned-Land begab sich wieder in seine Cabine, »um nicht ein Unglück anzurichten«, wie er beim Weggehen sagte.
Y tras decir esto, Ned Land se fue a su camarote para evitar «desahogarse haciendo una barrabasada», me dijo al salir.
Unterdessen begann man mit den Vorbereitungen zu dem kühnen Unternehmen. Die mächtigen Pumpen des Nautilus füllten die Behälter mit Luft und preßten sie in hohem Grade zusammen. Gegen vier Uhr kündigte der Kapitän Nemo mir an, daß die Lucken zur Plateform geschlossen würden. Ich warf einen letzten Blick auf die Eisdecke. Das Wetter war hell, die Atmosphäre ziemlich rein, die Kälte streng, zwölf Grad unter Null; aber da der Wind sich gelegt hatte, schien diese Temperatur nicht zu unerträglich.
Los preparativos de la audaz empresa habían comenzado ya. Las potentes bombas del Nautilus almacenaban el aire en los depósitos a muy alta presión. Hacia las cuatro, el capitán Nemo me anunció que iban a cerrarse las escotillas. Miré por última vez la espesa masa de hielo que íbamos a franquear. El tiempo estaba sereno, la atmósfera bastante pura. El frío era vivo, doce grados bajo cero, pero como el viento se había calmado, la temperatura no era demasiado insoportable.
Zehn Mann hieben mit Beilen das Eis um den Nautilus herum auf, eine Verrichtung, die rasch ausgeführt war, weil das jüngst gefrorene Eis noch dünn war. Die gewöhnlichen Behälter füllten sich mit dem nun frei gewordenen Wasser, und der Nautilus tauchte unverzüglich unter.
Una docena de hombres subieron a los flancos del Nautilus y, armados de picos, rompieron el hielo en torno a su carena. La operación se realizó con rapidez, ya que la capa de hielo recién formada no era muy gruesa todavía.
Todos penetramos en el interior. Los depósitos se llenaron del agua que la flotación había mantenido libre. El Nautilus comenzó a descender.
Ich setzte mich nebst Conseil in den Salon, und wir betrachteten durch die freien Fenster die unteren Schichten des Süd-Oceans. Das Thermometer stieg und der Zeiger des Manometers bewegte sich auf dem Zifferblatt.
Me instalé en el salón junto a Conseil. Por el cristal veíamos las capas inferiores del océano austral. El termómetro iba subiendo. La aguja del manómetro se desviaba sobre el cuadrante.
Ungefähr dreihundert Meter, wie der Kapitän Nemo bemerkt hatte, schwammen wir unter der wellenförmigen Eisdecke. Aber der Nautilus tauchte noch tiefer, bis zu achthundert Meter hinab. Die Temperatur des Wassers, welche an der Oberfläche zwölf Grad betragen hatte, sank schon um einen Grad herab, bald schon um zwei. Es versteht sich, daß im Nautilus die Temperatur durch die Heizung bedeutend höher war. Alle seine Bewegungen vollzogen sich mit äußerster Genauigkeit.
A unos trescientos metros, tal y como había previsto el capitán Nemo, flotábamos ya bajo la superficie ondulada de la banca de hielo. Pero el Nautílus se sumergió aún más hasta alcanzar una profundidad de ochocientos metros. A esa profundidad, la temperatura del agua, de doce grados en la superficie, no acusaba ya más que diez. Se habían ganado dos grados. Obvio es decir que la temperatura del Nautilus, elevada por sus aparatos de calefacción, se mantenía a una graduación muy superior. Todas las maniobras iban realizándose con una extraordinaria precisión.
»Man wird zum Ziel kommen!« erlauben Sie mein Herr, sagte Conseil.
-Pasaremos -dijo Conseil.
– Ich rechne sicher darauf! erwiderte ich mit dem Ton völliger Ueberzeugung.
-Estoy seguro de ello -respondí con una profunda convicción.
Der Nautilus nahm unter'm Wasser, stets auf der Linie des zweiundfünfzigsten Meridian, seine Rich tung geradezu nach dem Pol. Vom 67°30' bis zu 90° waren noch 22°30' an Breite zu durchlaufen, d.h. etwas über fünfhundert Lieues. Der Nautilus fuhr mit einer mittleren Schnelligkeit von sechsundzwanzig Meilen in der Stunde, also der eines Eilzuges. Behielt er dieselbe bei, so reichten vierzig Stunden hin, um zu dem Pol zu gelangen.
Bajo el mar libre, el Nautilus tomó directamente el camino del Polo, sin apartarse del quincuagésimo segundo meridiano. De los 67º 30' a los 90º había veintidós grados y medio de latitud por recorrer, es decir, poco más de quinientas leguas. El Nautilus cobró una velocidad media de veintiséis millas por hora -la velocidad de un tren expreso -que, de mantenerla, fijaba en cuarenta horas el tiempo necesario para alcanzar el Polo.
Während eines Theiles der Nacht hielt die Neuheit der Lage uns, Conseil und mich, am Fenster des Salons. Das Meer war von dem elektrischen Licht des Fanals beleuchtet. Aber es war leer. Die Fische hielten sich in diesen eingeschlossenen Gewässern nicht auf; sie dienten ihnen nur zum Uebergang aus dem antarktischen Ocean zu dem freien Polarmeer. Wir fuhren reißend schnell, wie man aus den zitternden Bewegungen des stählernen Schiffskörpers abnahm.
La novedad de la situación nos retuvo a Conseil y a mí durante una buena parte de la noche ante el observatorio del salón. La irradiación eléctrica del fanal iluminaba el mar, que aparecía desierto. Los peces no permanecían en aquellas aguas prisioneras, en las que no hallaban más que un paso para ir del océano Antártico al mar libre del Polo. Nuestra marcha era rápida y así se hacía sentir en los estremecimientos del largo casco de acero.
Gegen zwei Uhr Morgens legte ich mich einige Stunden zur Ruhe, und Conseil folgte meinem Beispiel. Der Kapitän Nemo befand sich wahrscheinlich beim Steuerer.
Hacia las dos de la mañana me fui a tomar unas horas de descanso. Conseil me imitó. No encontré al capitán Nemo al recorrer los pasillos y supuse que debía hallarse en la cabina del timonel.
Am folgenden Morgen, den 19. März, um fünf Uhr nahm ich wieder meinen Posten im Salon. Das elektrische Log zeigte nur an, daß die Schnelligkeit des Nautilus vermindert war. Er stieg damals aufwärts, aber vorsichtig mit langsamer Entleerung seiner Behälter.
Al día siguiente, 19 de marzo, a las cinco de la mañana, me aposté de nuevo en el salón. La corredera eléctrica me indicó que la velocidad del Nautilus había sido reducida. Subía a la superficie, pero con prudencia, vaciando lentamente sus depósitos.
Es klopfte mir das Herz. Sollten wir schon zur freien Luft des Pols auftauchen.
Me latía con fuerza el corazón ante la incertidumbre de si podríamos salir a la superficie y hallar la atmósfera libre del Polo.
Nein. Eine Erschütterung gab mir zu erkennen, daß der Nautilus wider die untere Fläche der Eisdecke gestoßen war, welche, nach der Schwäche des Getöses zu urtheilen, noch sehr dick war. Wir befanden uns in einer Tiefe von tausend Fuß. Das machte zweitausend Fuß Eis über uns, wovon eintausend über dem Meeresspiegel. Die Eisdecke war damals dicker, als zur Zeit, da wir oben waren.
Pero no. Un choque me indicó que el Nautilus había golpeado la superficie inferior del banco de hielo, aún muy espeso a juzgar por el sordo ruido que produjo. En efecto, habíamos «tocado», por emplear la expresión marina, pero al revés y a mil pies de profundidad, lo que suponía unos dos mil pies de hielo por encima de nosotros, mil de los cuales fuera del agua. Era poco tranquilizador comprobar que la banca de hielo presentaba una altura superior a la que habíamos estimado en sus bordes.
Während dieses Tages wiederholte der Nautilus einige Mal dieses nämliche Experiment. Manchmal fand man, daß die Dicke zwölfhundert Meter betrug; das war noch das Doppelte der Höhe des Eises, wie sie zur Zeit des Untertauchens war.
Durante aquel día, el Nautilus repitió varias veces la tentativa de salir a flote sin otro resultado que el de chocar con la muralla que tenía encima como un techo. En algunos momentos, la encontró a novecientos metros, lo que acusaba mil doscientos metros de espesor doscientos de los cuales se elevaban por encima de la superficie del océano. Era el doble de la altura que habíamos estimado en el momento en el que el Nautilus se había sumergido.
Ich notirte genau die verschiedenen Tiefen.
Anoté cuidadosamente las diversas profundidades y obtuve así el perfil submarino de la cordillera que se extendía bajo las aguas.
Am Abend war noch keine Aenderung unserer Lage eingetreten. Das Eis hatte stets eine Dicke von vier- bis fünfhundert Meter.
Llegó la noche sin que ningún cambio hubiera alterado nuestra situación. Siempre el techo de hielo, entre cuatrocientos y quinientos metros de profundidad. Disminución evidente, pero ¡qué espesor aún entre nosotros y la superficie del océano!
Es war damals acht Uhr. Bereits seit vier Stunden hätte die Luft im Innern des Nautilus erneuert werden sollen. Doch litt ich nicht sehr darunter, obwohl der Kapitän Nemo seinen Vorrath von Sauerstoff in den Behältern noch nicht angerührt hatte.
Eran las ocho, y hacía ya cuatro horas que debería haberse renovado el aire en el interior del Nautilus, según la diaria rutina de a bordo. No sufría yo demasiado, sin embargo, aunque el capitán Nemo todavía no hubiese solicitado a sus depósitos un suplemento de oxígeno.
Ich schlief doch unruhig während dieser Nacht: Furcht und Hoffnung hielten mich in steter Spannung. Ich stand einige Mal auf; die Versuche des Nautilus dauerten fort. Gegen drei Uhr Morgens beobachtete ich, daß die untere Fläche der Eisdecke nur noch fünfzig Meter tief lag, wir also nur noch hundertundfünfzig Fuß von der Oberfläche geschieden waren.
Asaltado alternativamente por el temor y la esperanza, dormí mal aquella noche. Me levanté varias veces. Las tentativas del Nautilus continuaban. Hacia las tres de la mañana, observé que la superficie inferior del banco de hielo se hallaba solamente a cincuenta metros de profundidad. Ciento cincuenta pies nos separaban entonces de la superficie del agua. El banco iba convirtiéndose nuevamente en un icefield y la montaña se tornaba en una llanura.
Meine Blicke wichen nicht vom Manometer. Wir fuhren immer in einer Diagonale aufwärts nach der Oberfläche, die im Widerschein der elektrischen Beleuchtung schimmerte. Die Eisdecke ward immer dünner, nach oben und unten, von Meile zu Meile.
Mis ojos no abandonaban el manómetro. Continuábamos remontándonos, siguiendo, a lo largo de la diagonal, la superficie resplandeciente del hielo que fulguraba bajo los rayos eléctricos. El banco de hielo se adelgazaba de milla en milla por arriba y por abajo en rampas alargadas.
Endlich, um sechs Uhr früh öffnete sich die Thüre des Salons, und der Kapitän Nemo trat ein.
A las seis de la mañana de aquel día memorable del 19 de marzo, se abrió la puerta del salón y apareció el capitán Nemo.
»Das freie Meer!« sprach er.
-El mar libre -me dijo.